Domótica y suelos radiantes

Domótica y suelos radiantes

09 Diciembre 2025

El suelo radiante se ha convertido en una de las soluciones de climatización más eficientes y confortables tanto para hogares particulares como para locales comerciales y oficinas.

Su capacidad para distribuir el calor de forma uniforme lo convierte en una alternativa moderna, discreta y altamente eficiente frente a los sistemas tradicionales de calefacción.

La instalación de un suelo radiante se desarrolla en varias fases clave que garantizan su correcto funcionamiento. En primer lugar, se realiza un estudio previo del espacio, analizando dimensiones, aislamiento y necesidades térmicas. A continuación, se procede a la preparación del soporte, nivelando la superficie y aplicando una capa aislante para evitar pérdidas de energía. La siguiente fase consiste en la colocación de las tuberías o cables calefactores —según se trate de un sistema hidráulico o eléctrico— distribuidos estratégicamente para asegurar que el calor se propague de manera homogénea. Una vez fijados y probados, se vierte la solera de mortero que cubrirá el sistema y, finalmente, se instala el pavimento elegido, compatible con este tipo de calefacción.

Los beneficios del suelo radiante son numerosos. Uno de los más destacados es su alto nivel de confort, ya que el calor se distribuye desde el suelo hacia el ambiente de forma natural y sin corrientes de aire, manteniendo una temperatura agradable y constante. Además, es un sistema invisible, lo que permite aprovechar al máximo el espacio y mejorar la estética del entorno al no requerir radiadores ni aparatos visibles.

En términos de eficiencia, el suelo radiante ofrece ahorros energéticos significativos. Al trabajar a temperaturas más bajas que los sistemas tradicionales —entre 30 y 45°C— consume menos energía para generar el mismo nivel de confort. Esto se traduce en reducción de costes en la factura energética y un mayor respeto por el medio ambiente. En locales comerciales y oficinas, donde el uso es continuado, este ahorro puede ser aún más notable.

La integración con sistemas de domótica eleva aún más sus ventajas. A través de controles inteligentes, es posible regular la temperatura por zonas, programar horarios de encendido y apagado e incluso gestionar la climatización desde el móvil. Esto no solo optimiza el consumo energético, sino que aporta comodidad y control total sobre el ambiente del espacio.

En definitiva, el suelo radiante es una inversión que combina eficiencia, confort y tecnología avanzada, ideal para mejorar la climatización en cualquier tipo de inmueble.

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